Aprendí de ti lo mejor papa,
Perseverancia, honradez, amor
Con la frente bien altiva
¡Trabajando siempre…con tesón!
Aprendí de tu honradez, tu respeto
Y tu valor, tus respuestas a mis dudas
Con tus bellos ojos verdes…
Tu mirada penetrante,
Amorosa y delirante.
Callado, siempre enamorado,
De tus libros, de la música…
De tus hijos…del amor.

Y, poco a poco, a paso lento
Con tu temple,
Fuiste dejando un vació
En mi triste corazón…
Sabiendo tu, que quedarías dormido,
No pudiendo yo intentar
Haberte retenido. ¡Cuanto aprendí de ti!
¡Ay! … ¡Mi viejo querido!
Respete tus canas, siempre te di abrigo…
Aprendí tu enseñanza…la cual,
A otros, le he ofrecido.
Que falta me haces, mi viejo,
Mi viejo querido…
Tus sabios consejos
De siempre…fuiste mi delirio,
Te llevo en mi alma…
Siempre conmigo.
Lo aprendido de ti papa,
Nunca lo olvido.
Por siempre serás mi viejo,
Mi padre adorado y querido…
Y yo, seguiré siendo tu niña,
La que aprendió tus consejos…
Aquella que ya hoy ha crecido.

¡Lo que aprendí de ti Papa!…
¡De cuanto me ha servido!